Desde hace varios años, estamos habituados a ver a las tortugas de agua dulce como animales de compañía. No obstante, hoy en día sigue habiendo gente que no conoce sus cuidados básicos, su alimentación o el nombre de la especie que tienen en casa.

Normalmente, los nuevos propietarios que adquieren un animal de este tipo suelen comenzar con un ejemplar del género Mauremys, Graptemys, Pseudemys o Trachemys ya que son las más “conocidas” popularmente.

Es importante señalar que existe una estricta regulación sobre la tenencia y comercio de animales exóticos y es responsabilidad del propietario informarse sobre las especies que están permitidas y aquellas que no lo están, por ser fauna autóctona o fauna invasora. Esta información puede ser consultada a través del siguiente enlace.

En esta publicación, nos centraremos en los cuidados básicos que tienen en común este tipo de quelonios con el objetivo de ayudar a aquellos propietarios comprometidos con el bienestar de sus mascotas.

Características comunes

Se trata de animales ectotermos (o de sangre fría), ya que dependen de la temperatura de su medio para regular su propia temperatura corporal. Por eso deberemos ser nosotros los que proporcionemos un alojamiento adecuado en el cual nuestras mascotas puedan mantener una temperatura corporal optima que les permita desarrollar sus actividades metabólicas diarias de manera correcta (respiración, digestión, circulación sanguínea, sistema inmunitario…).

Aunque son capaces de hibernar, desde el punto de vista veterinario, no es recomendable que hibernen individuos juveniles ya que cuentan con menores reservar energéticas y aún no presentan un sistema inmunitario consolidado.

Los cuatro géneros comportan un mismo medio, el agua. Al pasar la mayor parte de tiempo dentro del agua, esta debe estar siempre limpia y no ser salada. Pero no hay que olvidar que les gusta disponer de una zona seca donde acostumbran a calentarse y tomar el sol.

Como la mayoría de reptiles, son animales solitarios y de carácter tranquilo, aunque toleran la compañía de sus semejantes siempre que dispongan de espacio suficiente para cada uno de ellos. Si en casa no es posible ofrecerles tanto espacio, es mejor acoger a un único ejemplar.

Los machos se diferencian porque suelen ser más pequeños que las hembras, presentar unas uñas extremadamente largas en las extremidades anteriores y una cola mucho más larga y ancha en su base que la de las hembras. Existe mayor distancia entre el plastrón y la cloaca en el caso de los machos que en el de las hembras. Pero estas características no aparecen hasta que el ejemplar alcanza la madurez sexual y esto puede variar según las condiciones de alojamiento y alimentación a las que ha sido sometido. En general, los machos alcanzan dicha madurez antes que las hembras.

Si los cuidamos correctamente, estos animales pueden ser muy longevos llegando a vivir 25-30 años y esto es importante ya que son animales que pueden llegar a medir 15-30cm de longitud de caparazón y pesar 0.4-2.5kg.

Alimentación 

Las tortugas acuáticas de los géneros mencionados tienen una dieta omnívora, aunque presentan clara preferencia por los alimentos de origen animal. Cuando están en fase de desarrollo (antes de la etapa adulta), se recomienda que el 80-90% de la dieta sea de origen animal y el resto de origen vegetal; mientras que en la etapa adulta este porcentaje puede bajar hasta un 50-60%. (Se recomienda consultar con un veterinario especialista la dieta y manejo concretos de la especie implicada en cada caso).

La frecuencia de alimentación también varía según la edad del animal y las condiciones de mantenimiento. En condiciones óptimas de luz y temperatura, los individuos jóvenes deben alimentarse una vez al día los 7 días de la semana, mientras que los animales adultos pueden alimentarse 4 veces a la semana o menos, en el caso de que hayan acabado su crecimiento físico.

Necesitan tener acceso al agua para ingerir los alimentos por lo que algunos propietarios prefieren hacerlo en un recipiente distinto al alojamiento habitual ya que así se evita ensuciar el agua. Siempre que el animal lo tolere, es una buena opción para evitar infecciones secundarias a un mal estado del agua.

Debe ofrecerse una dieta muy variada. Entre las opciones disponibles encontramos el alimento vivo (insectos, larvas, peces, moluscos…), alimento fresco de origen animal (previamente congelado para evitar la transmisión de enfermedades parasitarias y bacterianas) como pescado entero, moluscos, vísceras de pollo, pavo, carne de pollo…) y alimento de origen vegetal (canónigos, rúcula, acelgas, lechuga, fruta…) evitando excedernos con las frutas ya que son muy energéticas. Los alimentos deben darse a temperatura ambiente y crudos.

Como complementos a una dieta equilibrada, podemos emplear piensos comerciales o complementos vitamínicos y minerales. En el mercado existe gran variedad y es importante saber cuál elegir y cómo emplearlo para prevenir posibles enfermedades, como la hipovitaminosis A.

Alojamiento 

En este apartado hablaremos de cómo conseguir las mejores condiciones de espacio, luz, agua y temperaturas para nuestros queridos quelonios.

ACUATERRARIO: Será el recinto donde viva nuestra mascota. Los materiales más empleados son el plástico y el vidrio y puede comprarse prefabricado o hacerse a medida. La cantidad de agua mínima estimada para una tortuga adulta es de 100l por animal y 50l adicionales por cada ejemplar que se añada. Para saber los litros exactos de los que dispondrá tu acuaterrario puedes multiplicar (siempre en centímetros) el largo x el ancho x el alto del nivel del agua dividiendo el resultado entre 1000.

Además, debemos contar con especio para colocar una zona seca, la cual debería tener una superficie rugosa para que nuestra mascota pueda subir sin problemas como piedra, corcho o césped artificial. Algunas tortugas se comen el césped artificial, si es el caso de la tuya, deberás cambiarlo por otro material para evitar problemas gastrointestinales.

No son animales tan estrictos en cuanto a la calidad del agua se refiere si los comparamos con los peces, pero sí es importante que siempre esté a una temperatura constante, sin restos de heces o restos de alimento y no tenga un nivel alto de cloro (cuidado si usamos agua del grifo). Para ello es muy recomendable contar con la ayuda de un filtro externo y potente que nos ayude a mantener las condiciones adecuadas del agua.

La ubicación también es importante, ya que siempre será preferible que pasen la mayor parte del tiempo en el exterior (si las condiciones meteorológicas lo permiten). En este caso, se debe proteger el recinto de posibles depredadores (ratas, gatos, perros, aves…) y asegurar zonas con sombra para los meses más calurosos (sí, las tortugas también pueden sufrir golpes de calor). Si, al contrario, se ubica dentro de casa, aconsejamos un sitio con buena luz natural (preferiblemente), bien ventilado y lejos de corrientes de aire, humos y ruido.

Por último, debemos tener presente que las tortugas son buenas escaladoras y pueden hacerse daño a sí mismas si no adecuamos el recinto correctamente.

FILTRO DE AGUA: Cuando son pequeñas y juveniles, suelen ensuciar poco el agua y estar en recintos pequeños en los que no es costoso hacer un cambio total del agua. Pero cuando se hacen adultas, necesitan un volumen mucho mayor de agua y también ensucian mucho más la misma, por lo que no es viable realizar cambios completos del agua con la frecuencia deseada (sin mencionar que podemos dañarnos nosotros mismos o al animal y el gran gastro hídrico que conlleva para el medioambiente).

Por ello se recomienda contra con un filtro adecuado para el volumen de agua de nuestro acuaterrario pudiendo mantener el agua limpia un mes tras otro.

TEMPERATURA: Sin olvidar que hablamos de animales ectotermos, colocaremos en el acuaterrario al menos una fuente de calor en la que nuestra mascota pueda subir su temperatura corporal.

En el mercado existen muchas opciones con diferentes potencias. Se recomienda contactar con un veterinario especialista para que nos asesore en la opción más indicada para cada caso y seguir siempre las indicaciones de los fabricantes. A continuación, expondremos brevemente las opciones disponibles:

– Bombilla térmica: transmiten el calor por radiación y es la fuente de calor más similar a la que produce el sol. Son una buena elección si las colocamos en la zona seca.

– Manta eléctrica: transmiten el calor por conducción. No es la opción más recomendable en estos animales, pero puede ser interesante como complemento a la bombilla térmica en las zonas de mucho frío.

– Calentador de agua: transmiten el calor por convección. Es interesante utilizar este tipo de calentador en animales muy jóvenes, en los que no queremos que hibernen o en los climas más fríos para evitar contrastes de temperatura entre el agua y el exterior (con bombilla térmica).

Es importante elegir bien la fuente de calor adecuada para evitar quemaduras térmicas en nuestras mascotas. El recinto o acuaterrario tendrá un punto de máxima temperatura y otro de mínima temperatura (18-30ºC).

ILUMINACIÓN: último y no menos importante ya que, sin una iluminación adecuada, nuestro reptil no podrá ver correctamente, dificultando así la ingesta de alimentos, ni realizar una buena digestión y absorción de nutrientes.

En el caso de ubicar al animal dentro de casa, deberemos asegurarle un aporte de luz ultravioleta (UVB) los cuales permitirán una buena absorción de nutrientes como el calcio y la vitamina D3 y un correcto desarrollo hormonal, entre otras funciones.

La potencia adecuada debe ir en función del tamaño del recinto y la distancia entre el animal y la bombilla, por lo que debe ser evaluada caso por caso.

Estas bombillas pierden efectividad con el tiempo y dejan de producir radiación suficiente, por lo que se recomienda cambiar cada 6-12 meses según el fabricante, aunque visualmente el ojo humano no perciba la diferencia.

Pero, siempre que sea posible, es beneficioso que nuestro quelonio pueda disfrutar de unas horas de sol directo o semisombra sin que esta luz sea filtrada por cristal o plástico.

Salud 

Las tortugas acuáticas son individuos que, en buenas manos, gozarán de buena salud y nos acompañarán durante muchos años.

A pesar de que no se realizan protocolos vacunales, se recomienda acudir dos veces al año para una revisión veterinaria (examen físico, coprológico, control de dieta y peso, etc.) y desparasitación.

Para tener a nuestra tortuga sana y feliz, no dudéis en contactar con un veterinario especialista que os asesore y acompañe en el proceso de elección y cuidados posteriores.